Análisis: Dr. Mario (NES, 1990)

El clásico juego de puzle donde Mario debuta como médico recibe un análisis a fondo en Mi lado Nintendo.

Empezando…

Pantalla de inicio de Dr. Mario.

Al encender el Nintendo con Dr. Mario en su interior, aparecerá esta pantalla de inicio, con el fontanero vestido de médico -uno de los pocos juegos donde no trae puesta su típica jardinera- y más rubio de lo normal (siempre lo asemejé al Profesor Rossa); y con un virus muy divertido bailando al compás de un swing muy pegadizo. Es una pantalla muy colorida, donde podremos elegir si vamos a jugar solo o con otro ser.

Luego de esta pantalla de bienvenida, encontramos las opciones del juego, donde podemos configurar tres facetas de la partida: la cantidad de virus a eliminar (Virus level), la velocidad (Speed) y la música que sonará de fondo mientras jugamos (Music type).

Pantalla de configuraciones.

Virus level. La cantidad de virus se divide en veintiún niveles (de 0 a 20), donde el nivel 0 tiene cuatro virus, y el 20, ochenta y cuatro. Cada nivel suma cuatro virus al anterior.

Speed. Esta opción te permite configurar la velocidad a la que caen las cápsulas que Mario lanza dentro de la botella, la que puede ser baja (Low), media (Med) y alta (Hi). De más está decir que mientras mayor es la velocidad, más interesante se pone el juego.

Music type. Finalmente, llega la opción donde puedes decidir si jugarás escuchando alguno de los temas disponibles para oír (Fever y Chill), o si vas a jugar sin música (Off).

En el modo de dos jugadores, cada uno puede elegir su propia configuración de manera independiente uno de otro, exceptuando la música, obviamente.

Dinámica de Dr. Mario

Las famosas cápsulas del Dr. Mario.

Como adelantábamos un poco más arriba, el juego se basa en la misión del Dr. Mario de acabar a los nefastos virus que se hallan dentro de la botella. Cada virus es de un color diferente, que puede ser rojo, amarillo o celeste. De esta manera, Mario nos irá pasando diferentes cápsulas que combinan dichos colores para que las vayamos agrupando y así eliminar a todos estos peligrosos bicharracos.

Cuando formamos una fila o columna de cuatro o más piezas de un color, dicho grupo de piezas desaparece. Y si dentro de esas piezas hay un virus, pues mucho mejor. Y así continuamos hasta acabar con todos los enemigos de la salud. Qué fácil, ¿no?

Pues no, no es tan fácil. Sobre todo porque Mario no es tan buen médico como quiere hacernos creer. Y esto lo digo porque no siempre nos lanza las cápsulas que necesitamos. En muchas ocasiones ocurrirá que Mario envía cápsulas de cualquier color, menos del que necesitamos. Y a veces eso nos puede costar caro.

Así se eliminan los virus.

Para entender bien cómo eliminar un virus, en la imagen adjunta podemos ver un ejemplo básico de cómo hacerlo. En este caso, es un virus celeste, a quien siempre le encontré un parecido a Ludwig von Koopa. En el primer paso, el maquiavélico ser no se da cuenta del peligro que se le acerca desde arriba. Recién en el segundo paso nota que algo anda mal (noten su cara de tristeza). Y antes que se percate de que la cosa es peor de lo que cree, para el tercer paso ya es historia.

Los controles del juego son simples, como en todos los juegos de NES: con el botón A haces girar las cápsulas en el sentido de las agujas del reloj, y con el B, hacia el otro lado. La cruceta del mando sirve para mover las cápsulas hacia los lados y para bajarlas más rápido. Con estos pocos pero eficaces movimientos debemos ayudar al Dr. Mario a cumplir con su misión. Además, con una pizca de ingenio y práctica, podremos realizar movimientos complejos para eliminar virus de distintos colores de manera simultánea.

En la modalidad de dos jugadores, aparecen dos botellas en pantalla, una al lado de la otra. Se va la lupa que nos muestra a los virus y también se va Mario. Cada vez que un jugador elimina todos los virus de su botella antes que el otro, recibe una corona. Y gana la partida el primero que consigue tres coronas.

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