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Mi antigua Family Video Game – Parte I

Hoy quiero contarles una historia muy vieja, como casi todo aquello de lo que escribo por aquí: se trata de mi querida consola Family Video Game.

HOY quiero contarles una historia muy vieja, como casi todo aquello de lo que escribo por aquí. Pero, como ya intuirán por el título, este artículo será un poco más de corte personal que los demás. Esto porque les contaré mis recuerdos sobre una consola pirata que tuve con mis hermanos, cuando era un pequeño niño de más o menos 12 años. Esta es la historia de mi Family Video Game.

Para efectos prácticos, y sobre todo porque no quiero que se aburran leyendo, dividiré este artículo en tres partes: en la primera, veremos la historia de la consola original. En la segunda, repasaré los recuerdos que tengo de cuando la tenía y jugaba con ella y, en la última, haré una reseña sobre la consola que me regaló mi esposa, de la cual ya les comenté algo en un artículo anterior. ¡Empecemos! 🙂

La Family-storia

Como ya acordamos, partiré esta serie de artículos contándoles brevemente la historia de esta consola, la cual, a su vez, podemos dividir en tres etapas: su llegada, su partida y su «regreso».

Arribando al hogar

Hace muchos años, no recuerdo si en 1994 ó 1995 (aunque lo más probable es que haya sido 1994), mi papá llegó a la casa con un regalo para mí y mis dos hermanos: era la ya mencionada Family Video Game, modelo SY-700, que actualmente es un clásico.

Famiclon

¡Era nuestra primera consola! Después de haber jugado tanto con las consolas de mi primo Camilo -un clon de Atari 2600 Jr. y otro de la NES-, esta nos vino como anillo al dedo. No recuerdo mucho sobre ese momento exacto: no sé si la instalamos de inmediato, si era de día o de noche, ni siquiera recuerdo qué mes era. Simplemente, recuerdo que, a partir de entonces, pasé muchos buenos momentos con este gran regalo de mi padre.

La consola era blanca, con algunas secciones rojas (se puede apreciar en la foto de más arriba), claramente queriendo imitar a la Famicom, aunque de eso yo no tenía ni idea en aquel tiempo. Traía dos controles, un transformador de corriente y la clásica cajita RF Switch con su cable correspondiente. Dentro -a modo de «memoria»- tenía un cartucho con ochenta y tres juegos, que en realidad eran como cinco que se repetían todo el rato (algo clásico de la piratería china). Este cartucho tenía un menú bien particular, idéntico a este:

Este video lo hice el día en que realicé uno de los más grandes y nostálgicos hallazgos de mi vida. Les invito a leer el artículo aquí enlazado, pues se relaciona mucho con el que están leyendo ahora 🙂

A partir de entonces, todo fue felicidad. Pero claro, la historia no fue como en los cuentos, con eso de «y vivieron felices para siempre«. En realidad, esto sería algo como «y vivieron felices hasta que a Andrés se le ocurrió una genial idea«…

La hora del adiós

Cuando uno tiene doce o trece años, es muy difícil darse cuenta de lo estúpido que uno puede llegar a ser cuando tiene, efectivamente, doce o trece años. Es necesario que pase el tiempo para que uno pueda ver en su real magnitud las malas decisiones que uno toma a esa edad. Y a mí me pasó eso.

IMG_0378Cierto día fui con mis padres a una de las grandes tiendas de Concepción, y allí vi que tenían a la venta una NES con el Super Mario Bros. 3 (seguramente se trataba del Challenge Set) en $30.000 de esos años (unos USD 85 de la época, así al ojo). Fue entonces cuando se me ocurrió la pésima idea de vender mi Family Video Game para poder comprarme la NES. Dicho y hecho.

Se la vendí a Pablo, un amigo del colegio que vivía más o menos cerca de mi casa, por $10.000 (unos USD 28, siempre de la época). A mí me parecía un buen dinero, más que nada por la edad que yo tenía, porque en realidad no era tanto. En fin, ya solo me faltaban $20.000 para comprar mi preciada NES

Nunca junté el dinero restante…

Nunca volví a ver mi Family Video Game…

Mi amigo se la cambió a un vecino por un Super Nintendo con el Donkey Kong Country, y ese vecino se cambió de casa… ¡Adiós, Family Game! Fue así como aprendí a valorar más los regalos, sobre todo cuando te hacen pasar gratos momentos con tus hermanos. Aprendí, también, a hacer mejores ventas, y a vender solo lo que se puede recuperar fácilmente más adelante, a no ser por motivos realmente urgentes, algo que, claramente, no sucedía en este caso. En fin…

Por lo menos, después de eso, mi amigo me invitaba a jugar Super Nintendo, jajaja…

El «reencuentro»

Aproximadamente, desde 1997 que tuve en mi cabeza esa… mmm… digamos… «culpa» por haber vendido dicha consola. De todas maneras, con mis hermanos juntamos dinero y nos compramos otra, la famosa Creation. Sin embargo, nunca pude superar ese negocio mal hecho. Sufría crisis de pánico, ataques de ansiedad, bajé de peso y estuve en tratamiento por depresión por siete años

No, es broma, jajaja…

En realidad, solo recordaba con nostalgia aquella consola que me dio tantos buenos momentos, sobre todo aquellos de verano. Pero ya no había nada que hacer. Simplemente, nunca más volvería a tenerla… O al menos eso pensaba.

El 21 de marzo del año pasado, entré al sitio de Mercado Libre para comparar los precios que yo tenía en RetroConsolas con los de otros vendedores. Busqué «Zelda Super Famicom» y no encontré nadie que vendiera el mismo juego que yo, pero sí encontré la venta de un artículo que se llamaba «Computer Video Game tipo Famicom». Entré a ver y… ¡era la misma consola que había vendido hacía dieciséis años! La estaban vendiendo completa y con cuatro cartuchos pirata de Family a $33.000 (unos USD 67 actuales).

Cuando la vi, me contacté con mi hermano menor por chat, ya que yo me encontraba en el trabajo. Me dijo que la comprara, pero yo no tenía el dinero suficiente, ya que había hecho hace poco una gran inversión en juegos para RetroConsolas. De todas maneras, yo le dije a mi hermano: «No creo que [se] venda muy rápido esa consola». Él asintió, diciendo: «No creo que haya mucha gente que conozca esas cosas».

Luego, también por chat, le comenté a Noelia, mi esposa, sobre la consolita en cuestión, así como buscando apoyo para comprármela, jejeje… Se rió y me dijo «eres tan nostálgico para tus cosas», pero me hizo aterrizar recordándome que había que recuperar la inversión de RetroConsolas y pagar otras deudas, así que, tristemente, desistí de la compra. Eso fue cerca de las 11:30 de la mañana.

Como a las 12:55, mi esposa me comentó que, como comprendía tanto el valor que es consola tenía para mí, estaba dispuesta a prestarme la mitad del dinero para que así pudiera comprarla. ¡Para qué les digo cuánto me alegré! Así que fui «corriendo» al sitio de Mercado Libre, entré a la página de la venta listo para quedarme con ella, pero al entrar noté que… ¡¡Ya la habían vendido!!

«No puede ser», me dije.

«No puede ser», me repetí.

«No puede ser», me volví a repetir.

No daba crédito a mis ojos: justo cuando podría haberla comprado, alguien más se me adelantó y la compró justo entre las 11:30 y las 12:55. Era increíble. Cuando le conté a mi esposa, tampoco lo podía creer. Pero bueno, fue así no más. Por más que intenté contactarme con el vendedor de la consola, no pude, ya que no tenía nada más a la venta como para hacerle una pregunta a través del sitio web. Simplemente, me la perdí. «Estas cosas me pasan solo a mí», me dije.

Todo esto ocurrió un jueves. El día lunes 25 sería nuestro aniversario de matrimonio, así que me concentré en terminar el regalo que tenía para Noelia, y así olvidar todo ese mal rato. De todas formas, estuve hasta el lunes con esa amarga sensación de haber estado tan cerca de la Family Video Game y habérmela perdido por minutos.

El día lunes, al llegar a mi hogar luego del trabajo, le hice entrega de su regalo a mi esposa. Era un álbum de fotos bien bonito, y le encantó. Luego, ella me dijo que también me tenía un regalo, así que me pasó una caja de cartón bastante chica. Era, de hecho, una caja de cartón como la que se ve en la foto: sin envoltorio ni tarjeta ni nada. Me llamó mucho la atención, así que la abrí y…

Había cuatro cartuchos piratas de Family.

Yo miré los cartuchos con una extrañeza gigante: era como si los hubiera visto en alguna otra parte, pero no recordaba dónde. Fue entonces cuando me acordé: eran los cartuchos piratas que estaban en venta junto con la consola que me perdí. Con eso, se me encendió el foco y me di cuenta de todo. Miré a mi esposa, que estaba casi riéndose, y le dije: «¡Tú la compraste!«.

Sus carcajadas fueron la confirmación de todo su plan.

Entonces, me entregó la consola: está en excelente estado, así como la caja, los controles y todo 😀 Luego de tantos años, al fin volvía a tener una Family Video Game, gracias a Noelia. ¡Mi esposa es genial! 😀 Además, me contó que cuando me ofreció prestarme la mitad del dinero para la consola, ella ya la había comprado hace mucho rato. Es decir, con su oferta, solo quiso torturarme… ¡y vaya que sí lo logró! Jajajaja…

Aquí les dejo una foto con un poco más de detalle de la consola que me regaló Noelia 🙂

Y así termino la primera parte de esta pequeña serie dedicada a mi antigua consola Family Video Game, modelo SY-700. Próximamente, publicaré la segunda, donde les contaré sobre los recuerdos que tengo de esta consola y los alegres momentos que pasé con ella y mis hermanos y primos. Muchas gracias por visitar Mi lado Nintendo. ¡Hasta la próxima! 🙂

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Música de juegos mencionados en este artículo

Super Mario Bros. 3

1988 | 21 temas

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