Empezando…

Cuando ponemos nuestro cartucho de Bomberman en nuestro Nintendo (y cuando logramos hacerlo funcionar después de un rato), escuchamos una animada melodía que nos indica que estamos a punto de comenzar a jugar un gran clásico. La pantalla de inicio es la que se ve a la derecha, y se puede ver un «™ and © 1987 Hudson Soft». ¿Ven? ¡Es de 1987! Estos de Nintendo que no se ponen de acuerdo…
En esta pantalla tenemos solo dos opciones. Bueno, tres. La primera es Start, o sea, comenzar a jugar. La segunda es Continue, para continuar un juego anterior. Y la tercera es no hacer nada de eso.

Sobre la primera opción, no hay mucho que decir, pero sí tengo unas palabras dedicadas a la segunda, Continue. La verdad es que es bastante latera la forma de continuar un juego anterior. Esto se debe a que Bomberman no tiene una pila interna que permita guardar partidas, sino que incorpora un sistema un tanto engorroso de contraseñas. Cuando uno pierde, aparece el típico y lindo Game over, pero también se nos entrega un código de veinte caracteres alfabéticos, que comprende las letras desde la A hasta la P (ver imagen de la izquierda). Es ese larguísimo código el que debemos ingresar cuando volvamos a jugar, y es una soberana lata equivocarse, pues no hay forma de borrar el error, así que simplemente hay que reingresarlo.
De todas maneras, es algo muy bueno tener este sistema de códigos, pues perder, por ejemplo, en el nivel 27 y tener que comenzar desde cero no es algo muy simpático. El único problema es que solo te dan el código al perder, así que si estás jugando y tienes 19 vidas, y debes salir urgentemente a hacer algo, lamento decirte que para guardar la partida, tendrás que perder cada una de esas 19 vidas. Así que en casos como ese, el sistema se va a la porra. Pero generalmente es muy útil, en serio.
Dinámica de Bomberman
Como les decía hace un rato, la intención de Bomberman es llegar a la superficie. Para esto debe eliminar a todos los enemigos que se encuentran en cada laberinto y encontrar la puerta que lleva al siguiente nivel, todo esto solamente con la ayuda de unas bombas que él mismo fabrica y que nadie sabe cómo, ya que son tan grandes como él mismo y nunca toma materiales de ningún tipo para hacerlas. Así que para lograr nuestro cometido, con el botón A ponemos una bomba y esperamos pacientemente (y de lejos) a que explote sola, y con la cruceta movemos a Bomberman hacia las cuatro direcciones. De momento, el botón B no lo usaremos.
Los laberintos se forman de manera aleatoria (una manera bastante simplona de diseñarlos, pero imagino que era una buena técnica por aquellos años). Es más, es tan aleatoria, que el laberinto de un mismo nivel (stage) va a cambiar totalmente cada vez que lo juegues de nuevo, como al perder una vida. Los niveles tienen un aspecto similar al que se ve a continuación.

Como ven, los laberintos se conforman de bloques de concreto, que no se destruyen con las bombas, y de ladrillos, a los que sí podemos hacer volar a bombazos. Y claro, los infaltables enemigos que andan dando vueltas por ahí con menos inteligencia artificial que un cerebro de plástico. Me parece que sus movimientos también son aleatorios… al menos los de los «globos» que se ven en la imagen.

En la parte superior izquierda de la pantalla vemos el indicador del tiempo (Time) que le queda a Bomberman para pasar el nivel. Al lado de aquel indicador se ve el puntaje acumulado, y a la derecha, las vidas que le quedan (Left).
A lo largo del juego encontraremos entre los ladrillos diferentes power-ups que nos ayudarán en ciertos aspectos. Por ejemplo, nos harán caminar más rápido, atravesar las paredes o ser inmunes a nuestras bombas; o también harán que tengamos más bombas o nos permitirán hacerlas explotar cuando queramos (ahí es cuando entra en acción el botón B). En la imagen vemos a Bomberman a punto de recoger el poder que aumentará el alcance de sus bombas.

Cabe decir que al perder una vida, algunos de estos poderes los perderemos, como la inmunidad a las bombas o el detonador. Y aunque en principio parezca un juego fácil, déjenme decirles que aun con detonador, con muchas bombas y atravesando paredes, el factor humano nos hará perder de todas formas.
Para pasar al siguiente nivel tienen que cumplirse dos condiciones, no importando el orden en que ocurran. Estas son: 1) Acabar con los enemigos del laberinto, y 2) Encontrar la puerta para pasar al siguiente nivel (ver imagen de la izquierda). Si no se cumplen estos dos requisitos, no se puede pasar de laberinto.
Ah, y cuidado con dejar que el tiempo se acabe o con bombardear la puerta o algún power-up. No querrán saber a lo que se enfrentará el pobre robot fabricabombas.